sábado, 11 de diciembre de 2010

Elogio de la curiosidad

Ya Aristóteles defendía la curiosidad como fuente de sabiduría.
Ayer recomendaba preguntarnos si podríamos prestar un servicio mejor que el que hemos recibido. Es una actitud curiosa que podemos multiplicar; preguntando también a nuestros amigos y familiares qué creen que podría ser mejorable entre los producots y servicios que consumen habitualmente. Y si se les ocurre alguna forma para hacerlo. Si existiría algún producto que no conozcan y que les gustaría poseer. Si una técnica que conocen podrían exportarla a otro sector. Si podrían ofrecerse packs con varios servicios conjuntos que los hicieran más atractivos o que pudieran venderse a menor precio al aprovechar economías de escala.
Por último, si habeís tenido ocasión de formularos en alguna de estas preguntas y no os resultan aprovechables, por favor, escribidlas aquí como comentarios. Seguro que a otra persona le servirán y casi sin esfuerzo vuestra "donación de curiosidad y conocimiento" habrá contribuido a crear un puesto de trabajo.
Gracias.

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